¿Te ha sucedido que al tocar
un objeto metálico sientes un crujido?
En esas ocasiones, decimos que
“nos ha dado la corriente”.
En realidad, lo que ocurre es
que nuestro cuerpo se electrizó por alguna acción de fricción que hayamos realizado,
como cuando caminamos por una alfombra, y se descargó abruptamente. En otras palabras,
ya no está electrizado.
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